Literup os trae una nueva crítica creativa (si desconoces qué diferencias hay con una reseña, este artículo es para ti)

Menudo invierno estamos pasando. Pero no os preocupéis, os traemos una crítica creativa de El amuleto de Sagran para aprender y disfrutar mientras dejáis que el cielo caiga sobre vuestras cabezas.

Realizamos el sorteo de un ejemplar desde el jueves 14 de febrero hasta el jueves 21 de febrero en nuestra página de Facebook.

Como en otras ocasiones, os recordamos que estas críticas se disfrutan más si se ha leído el libro o se está haciendo lectura simultánea, para poder entender todos los elementos que aquí se explican con el texto delante. Hay un enlace a Amazon para comprar el libro al final del artículo.

El amuleto de Sagran

Empezaremos con una breve sinopsis:

Asiros es hijo de pescador, pero aspira a más: quiere alistarse en el ejército. Sin embargo, el reino está en guerra contra Modris de Cángelus, un arcano que ha aprendido a levantar a los muertos y que cree que los humanos son una enfermedad para el planeta. Los demás arcanos están urdiendo un plan en la sombra para acabar con él; ¿qué papel desempeñará Asiros?

Jorge Campos Fernández nació una Nochebuena de 1986, en la provincia de Cáceres. Mecánico aficionado a la literatura, pretende dar el paso con esta obra, su primera novela de fantasía.

 

Los pros

El estilo

He de decir que tengo sentimientos encontrados con el estilo del autor, pero que al final me he decidido a comentarlo en los pros por la originalidad del mismo (no en su creación, sino en su uso).

Es un estilo claro y limpio. No utiliza palabras complejas ni está sobreadjetivado. El control de los párrafos y por tanto de las escenas está cuidado. Sin embargo, está narrado como un libro de caballerías.

Al ser una novela de género fantástico, más del corte de espada y brujería, no choca tanto como si estuviéramos leyendo este estilo en una novela erótica. Pero al no ser de caballerías propiamente dicho, es un punto de inflexión para el lector, que tendrá que decidir si lo acepta o no.

«Mas ese no era momento para remordimientos», página 176.

«Mucho tiempo no tuvieron que esperar, pues la princesa, acompañada por su dama de compañía, no tardó en aparecer», página 196.

 

Escenas de acción

El primer enfrentamiento que se narra en El amuleto de Sagran entre el villano y uno de los arcanos del Consejo parece muy infantil por culpa del diálogo que intercambian. Hay bolas de fuego, tornados, etcétera, y en medio frases como:

«No permitiré que hundas en las tinieblas a este mundo», (página 24).

Pero, a pesar de este inicio, las escenas de acción son un acierto. Están muy bien narradas y se trabajan las técnicas necesarias para que sean de calidad. No están exentas de un poco de poética, marca de la casa del autor, como he dicho:

«Y así quedaron, frente a frente, Asiros y el enorme vampiro, las miradas fijas durante tan solo un segundo, un segundo que parecía una eternidad», (página 172).

La pelea en la posada sí consigue despertar simpatía por el protagonista, quizá porque la víctima de las agresiones sea una niña de doce años (Asiros es un defensor de la justicia, incluso con un discurso contra el racismo).

Se vuelve, así, bastante moralizante, y parece que no le afecten las cosas como a los demás. Me ha recordado al protagonista de Krishan, el hijo del sol.

«Déjame que te dé yo a ti uno [consejo]: jamás agaches la cabeza ante otro ni hagas lo que no creas correcto», página 99.

«Han matado al Destripador [un enemigo] y se ha corrido la voz de que fuiste tú», le dicen. A lo que él contesta con un simple: «Vale, ¿tú ya estás listo?», página 101.

Quiero terminar con este pro con una especial mención positiva al episodio de los vampiros (murciélagos gigantes). No suele ser trabajo del héroe en las novelas rescatar animales y me ha parecido una buena novedad.

 

Tramas y worldbuilding

Incluir a los gronguis (hombres-sapo) es un acierto para el desarrollo de la historia. Ofrece más perspectivas de lo que está sucediendo en el mundo y añade tramas, profundidad y complejidad al viaje del héroe. Este cambio de focalización es el que nos da una sensación de rapidez en el avance del tiempo narrativo.

El worldbuilding tiene una manera de presentarse en esta novela que me ha encantado. Se nos narra a través de texto literal. El prólogo, en apenas dos páginas, nos relata la situación del mundo y los aspectos de su historia que necesitamos para comprender la trama. Esto hace que durante la narración no nos perdamos entre detalles excesivos.

Este formato de citas de libros históricos utilizados como si fueran reales añaden valor. Conocemos a algunas de las criaturas que luego aparecerán en la historia gracias a un libro que acompaña a Asiros, y también conoceremos la historia de un malvado gracias a la lectura de su diario.

 

Los contra

Muestra, no cuentes

El autor peca en exceso de contar lo que ha sucedido en momentos anteriores a la narración. No utiliza escenas o diálogos que provoquen que los lectores conozcan ese pasado. Solo lo cuenta. En una ocasión sí tenemos un sueño para descubrir el pasado de Grun, el hombre-sapo protagonista; pero el estilo sigue siendo directo, como si el narrador nos hablara directamente a nosotros.

Por esto, por ejemplo, en la página 211 aparece un personaje nuevo y el autor nos cuenta en una página toda su vida. No nos ha dado tiempo de formarnos una opinión sobre él y ya sabemos toda su historia. En este caso podría haber contado una parte el propio personaje o el personaje que se lo presenta al protagonista, pero no, es el narrador el que lo hace.

También, al inicio de la novela, el padre de Asiros le dice: «No hagas nada increíble», (página 29). Inmediatamente después se hace una descripción de los poderes mágicos de Asiros. Lo ideal hubiera sido que los descubriéramos por nosotros mismos. De esta forma elimina toda la intriga.

 

Falta de escenas

El principio de la novela es el típico viaje del héroe. Incluye, además, sueños profecía donde se le dice que será el salvador y derrotará al mal reinante. No es un mal comienzo, realmente, pero no logra que nos identifiquemos con la historia ni los personajes (hasta la citada escena de la posada) porque se apoya mucho en la estructura.

Da la sensación de que el autor, por no excederse en la cantidad de páginas, comete algunos errores. Uno de ellos es que cuenta más que muestra, como ya he dicho. Hay un momento en el que se dice que algunos gronguis (hombres-sapo) tienen una marca que los protege de los nigromantes. Cuenta que hicieron un ritual secreto. ¿Por qué no lo narra en una escena para que podamos verlo?

Esto también provoca que los héroes se recuperen milagrosamente de las heridas. Asiros se disloca un hombro en una caída y se lo coloca como si nada, cuando en realidad, tras la colocación, deben pasar unas semanas antes de poder volver a mover el brazo.

Como digo, esta falta de escenas parece justificarse en la misma estructura del viaje, como si tuviéramos que darla por sentado al haberla visto una y otra vez en otras obras: «tenía que hacerlo, se sentía con ese deber y lo haría», (página 151). Por esta razón, el enamoramiento con la princesa y la inclusión de Javier (su escudero) en el equipo que se forma para una importante misión del ejército parecen forzados.

Además, la novela no tiene final. Simplemente termina. Eso sí, sin cliffhanger ni sensación de vacío; pero tampoco con clímax. Esperaremos a la siguiente entrega de la saga.

 

Errores y erratas

No hay en exceso. Las que recojo aquí son prácticamente la totalidad de las mismas.

Hay algunas comas entre sujeto y predicado difíciles de apreciar, pero que están ahí.

«[…] pero el cambio de luz en la sala a causa de un brusco movimiento en las llamas del pequeño fuego, dejó», página 17.

«[…] la recién ordeñada leche de vaca junto con unas manzanas, completaron el suculento desayuno», página 215.

El símbolo para las comillas españolas es incorrecto. Se utiliza << >> cuando debería utilizarse « ». Además, en alguna ocasión se utilizan las rayas de diálogo para los pensamientos, cuando deberían utilizarse estas comillas:

«—Bien —pensó Asiros—, ayudaré a los otros», página 174.

Como curiosidad, decir que los demostrativos aparecen acentuados: ésta, éstos, etc., cuando desde 1952 ya no se acentúan.

El amuleto de Sagran

Mi PoV

De esta crítica en concreto tengo que aclarar que, aunque los contra pueden parecer graves, no desmerecen la lectura ni la hacen imposible de disfrutar, como ha ocurrido en otras ocasiones. El amuleto de Sagran es una lectura sencilla de un héroe que lucha contra las injusticias, de un villano que hay que derrotar. A veces no necesitamos más.

He disfrutado especialmente de la trama de Grun, el hombre sapo, porque se alejaba de la típica estructura del viaje del héroe (no mucho, pero sí en contraste con la de Asiros). Y he asentido levemente con la cabeza mientras leía al descubrir el acierto de transmitirnos el worldbuilding a través de texto literal. Personalmente, estoy un poco harto de que me corten la acción durante dos o tres páginas para explicarme cuántas patas tiene aquel monstruo.

En definitiva, una novela que no tiene puntos negativos que no se puedan mejorar fácilmente. Con un poco de experiencia y valor para evitar el «muestra, no cuentes», tenemos ante nosotros una saga con potencial que se disfruta desde la primera entrega.

 

Nuestra pregunta

¿Preferís que al leer una obra os dé la sensación de que sobran detalles o de que faltan, si se tuviera que dar uno de los dos casos?

 

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Author

24 años. Filólogo hispánico y escritor. Corrector profesional. Máster de Educación Secundaria.

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