Irremediablemente el oficio y pasión por escribir necesitan mucho tiempo para poder obtener resultados y más si estos se traducen en un objetivo de ventas. Para la mayor parte de los mortales el problema se encuentra en conciliar la rutina agotadora con una actividad que requiere paciencia, documentación y altas dosis de imaginación.

Aunque el principal factor para ganar puntos en la tarea de escribir con creatividad sea hacerle el hueco necesario, también podemos poner en práctica algunos trucos simples y lógicos que animarán a las musas a pasarse y quedarse más tiempo en nuestra cabeza.

No existen milagros que nos doten por arte de magia de una inusitada creatividad, pero sí que  tenemos a nuestro alcance una serie de elementos básicos que nos ayudarán a alimentar la inventiva que en algún momento se empeña en esconderse.

Elementos básicos que despiertan la creatividad

Protocolo para acercarnos a la creatividad

Por mucho talento con el que contemos, podemos sufrir de un episodio de bloqueo o largos periodos de descontento con todo el trabajo realizado. Somos volubles, vivimos con cargas emocionales, estreses que nos terminan afectando y que se trasladan también al plano de la imaginación.

Cuando esa esencia nos abandona no podemos quedarnos de brazos cruzados y dejarnos arrastrar por la melancolía y la frustración, dos de los síntomas más comunes tras perder la fuente de inspiración.

En este intento de aportar más luz vamos a crear el clima adecuado empezando por un sencillo protocolo para acercar la creatividad al escritor.

 

1. El destierro de lo negativo y los complejos

Sal de ti mismo y de tus pensamientos apocalípticos. Viaja al exterior, no pienses solo en ti, conociendo otros mundos, problemas y personas. Implícate en la preocupación que empieza por lo que siente tu vecino hasta el desamor de la pareja que contemplas al otro lado de la calle.

Piérdete en los detalles y rutinas. No hace falta hacer kilómetros para encontrar temas que nos despierten emociones. Saborea los cafés en compañía y también aprovecha los momentos en soledad, los postres que se hacen con cariño y los días tanto de lluvia como de sol.

Ríndete a todo lo que ofrece la vida y juega también con el miedo a la muerte. Resulta un reto y siempre es tentador. Y no desprecies los pequeños detalles, porque estos pueden en un momento dado ser determinantes para activar todo tu potencial.

Además, desinhíbete, rompe con las normas, innovando y eliminando tabúes y límites. No dejes nunca de creer en ti y si es preciso, apunta tus virtudes porque por lo general siempre tenemos más presente los defectos y aspectos negativos.

 

2. No te separes de tu cuaderno de notas

Si estás falto de ideas, no te puedes arriesgar a que cualquier atisbo de creatividad te sorprenda desarmado. Es por ello que, igual que sales a la calle con calzado, irás siempre bien provisto de un cuaderno por si se enciende la chispa en un momento que consideras inoportuno.

El ingenio no espera a que estés con todas las comodidades y siempre es de agradecer guardar los primeros  borradores que sirvieron luego para hacer algo grande.

 

3. La liberación del estrés

El principal factor que nos hacer perder ingenio a raudales es el estrés generalizado. La creatividad se asienta en silencios, pausas y en la armonía de contemplar e imitar. No podemos  atrapar detalles si llevamos un ritmo frenético de vida.

Por lo que sé valiente y atrévete a parar el tiempo. Piensa en ti y en lo que te gusta dejando unos minutos al día aparcadas las obligaciones.

Escucha la música que te conmueve o dispara tu adrenalina y no tengas miedo de cantar bien alto en la ducha, en el coche o en la misma calle. Está comprobado que tener estos arranques mejora el ánimo y libera el estrés acumulado.

 

4. El turno para el orden

A la hora de escribir y de empezar un proyecto creativo tenemos que ser metódicos en nuestro trabajo. La mente funciona mejor en un entorno que acompañe a esta experiencia.

Llegados a este momento será bueno que apagues la televisión y toda distracción que no busque alimentar el intelecto. Despeja tu mesa de trabajo y custódiala solo con el material que vas a necesitar.

El orden se puede complementar con sonido ambiental que anime a que se persone la creatividad y tenga todo listo a su llegada.

 

5. Escribe mucho y lee todavía más

El movimiento se demuestra andando y si se quiere escribir y lograr inspiración, habrá que  practicar a diario. No importa sobre qué, pero hay que dedicarle un tiempo todos los días para conseguir la creatividad que finalmente nos conduzca a la excelencia.

Escribe para desengrasarte y obtener posibles ideas que se consagren en un proyecto grande. En este ejercicio puedes aprovechar para apuntarte a retos de escritura creativa, una experiencia siempre enriquecedora.

Además, haz listas con las tareas pendientes y las que están por llegar, ya que el mero hecho de cumplirlas y tacharlas nos supone una buena dosis de ánimo para encarar otras fases.

Y tan importante como escribir (si cabe más) es leer. La lectura es la mejor escuela para abrir mentes y alimentar la fantasía. Es fundamental para potenciar nuestra creatividad y el mejor camino para alcanzar la inspiración.

 

Acompaña estos elementos del cine, que siempre es muy estimulante. También de buenas tertulias, grupos de escritura o comentarios en blogs para seguir nutriendo tu fábrica personal de mundos creativos. Atrévete sin miedo a equivocarte.

Eso sí, en todo este proceso mantente firme y constante siendo siempre tú mismo. No aceptes ser meramente una imitación, ni te avergüences de pecar de extraordinario. Piensa distinto y si es preciso, sé tan ‘raro’ como puedas. Puede que esa diferencia tenga la llave y la verdadera fórmula para que tu escritura sea realmente creativa.

Y, por cierto, no desistas en tu empeño. Hay que intentarlo una y otra vez hasta despertar al genio.

Elementos básicos que despiertan la creatividad

Nuestra pregunta

¿Qué más ideas se te ocurren para activar la creatividad en la escritura?

Author

30 años. Periodista y escritora de vocación. Cofundadora de La vida de color caoba, un espacio perfecto para que las letras e ilustraciones bailen en armonía. Escribir es una forma de vida, ver el mundo con detalle para poder enseñárselo a los demás.

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